El fuego, como todos los elementos, puede ser purificador, pero también puede ser un gran destructor. Los ricos empresarios han decidido prender fuego muchos campos, sierras y lugares estratégicos, a fin de dejar el terreno limpio para poder edificar casas, cabañas y countries. Las pérdidas de biodiversidad son enormes e irreparables. Cuesta años que se forme un bosque, que se críen los hongos, bacterias, líquenes, hierbas, arbustos y árboles. Se han quedamos sus semillas, sus esporas y han dejado sin comida a los animales. Algunos, por no decir , muchos animales han muerto. No han sabido donde esconderse y nadie ha podido darle cobijo. Cabras, lagartijas, viboras, escarabajos, hormigas, saltamontes, abejas, avispas, huevos de aves, mamíferos roedores del campo, en fin, todos han muerto.
Es por eso que el peso de la ley debe caer sobre los emprendedores inmobiliarios que pretendan edificar sobre esos terrenos quemados. Esos lugares deben dejarse libres para que las malezas pioneras comiencen a brotar y todo arranque nuevamente. Pasará mucho tiempo, no importa, es para nuestra posteridad.
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