La naturaleza emana amor según la energia que la moviliza. Una catarata de agua, un río, un arroyo, el mar, rayos de sol, rayos de luna, el canto de las aves, la lluvia sobre los árboles o en las calles, etc. Todo es energía. Y todo está en nosotros mismos. Si uno se odia a sí mismo, impedirá que esa energia produzca el trabajo que debe producir, que supuestamente es paz, alegría, salud, bienestar, etc. Uno no puede dar lo que no tiene adentro y si detecta que otro lo tiene y desea compartirlo, el malo, el egoista, el malvado trata por todos los medios de impedirlo. Sólo sabiéndolo estás libre de esas vibraciones negativas que podrían circular en tu entorno. Aprendamos a conocer la energía benefactora de la naturaleza para ser fuertes, sanos y felices.
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Plaza San Martin, en Córdoba
Una persona común camina por las calles. Nadie sabe quién es. Nadie presta atención. Sin embargo, hay secretos que son importantes, y no se guardan, se liberan, se dicen, se multiplican como una almohada de plumas rota arrojada al viento. El secreto es bueno de entrada, pero con el tiempo corroe, como el óxido al metal. No lo dejes pasar. No es bueno.
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