La naturaleza emana amor según la energia que la moviliza. Una catarata de agua, un río, un arroyo, el mar, rayos de sol, rayos de luna, el canto de las aves, la lluvia sobre los árboles o en las calles, etc. Todo es energía. Y todo está en nosotros mismos. Si uno se odia a sí mismo, impedirá que esa energia produzca el trabajo que debe producir, que supuestamente es paz, alegría, salud, bienestar, etc. Uno no puede dar lo que no tiene adentro y si detecta que otro lo tiene y desea compartirlo, el malo, el egoista, el malvado trata por todos los medios de impedirlo. Sólo sabiéndolo estás libre de esas vibraciones negativas que podrían circular en tu entorno. Aprendamos a conocer la energía benefactora de la naturaleza para ser fuertes, sanos y felices.
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Los orígenes: fundación, tradición y realidad [editar] El monasterio se eleva sobre un alcor, que domina la confluencia de los ríos Tinto y Odiel, conocido desde antiguo como Peña de Saturno. Sobre los orígenes de "La Rábida" existe una serie de leyendas recogidas en un antiguo códice de fray Felipe de Santiago,[7] en las que se le atribuye unos orígenes legendarios. Según estas leyendas, en tiempos de los fenicios habría existido un altar dedicado a su dios Baal (posteriormente equiparado con Hércules) y más tarde los romanos habrían elegido este mismo lugar para venerar a su diosa Proserpina. Los árabes levantarían aquí un pequeño monasterio con monjes-caballeros similares a los de las órdenes cristianas. Este tipo de monasterio musulmán solía estar en la costa fronteriza y tomaba el nombre de rábida o rápita (del árabe رباط ribat), de donde le vendría la denominación. Los ascetas musulmanes se perfeccionaban espiritualmente al tiempo que defendían el lugar fronterizo. En e...
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